La espalda de una mujer es un inmenso mundo perfecto .
Es una de las pocas partes del cuerpo que no tendemos a embellecer ni vemos, quizás por eso no intentamos cambiarla.
La espalda de una mujer habla, a aquel hombre sensible que sabe escucharla.
De alguna manera, es un área fértil, un vergel para la boca del hombre, que sepa sembrar sensaciones en ella .
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