Yo no tengo tiempo para los enemigos,
hay demasiadas ciudades por ver,
demasiadas mujeres por conocer,
demasiados libros por leer
y canciones por escribir
como para pararme
a pensar en mis enemigos.
Eso crea odios, porque a los miserables
les encanta que tu les contestes
y también seas un miserable,
y si ven que realmente no tienes tiempo
les pareces muy pretencioso, y no es eso,
es solo respeto a uno mismo.
J Sabina

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